viernes, 27 de octubre de 2006

La tormentaza

¡¡¡¡Antes de nada, tenéis que ver esto en el blog de Pablo!!!

Por fin ya compramos las bicis, que como ya os comenté, nos las iban a recomprar cuando nos fuéramos a volver a España (aunque nos pasamos los tres meses temiendo que no nos las quisieran, porque después del tute que les hemos metido a ambas bicis, quedaron un poquito pal arrastre). Total, que nos montamos, nos despedimos de Tony, que hasta entonces nos había acompañado, y nos dirigimos hacia nuestro hotel.

Como ya os digo, ese primer paseo en bici fue un poco duro por lo de tener que frenar con los pedales… Afortunadamente, he logrado acostumbrarme bastante bien y al final ya tenía bastante manejo (ojalá tuviera tanto con los pedales del coche).

Estábamos bastante cansadillos, así que nos quedamos el resto de la tarde-noche en la habitación. Por suerte, los del hotel, que eran bastante majetes, nos dejaron guardar las bicis en el cuartito del material (qué ojo tuvimos, con lo que cayó después, no habrían sobrevivido a la intemperie).

No recuerdo lo que cenamos, pero sé que cenamos bastante pronto (supongo que comeríamos embutido del que comprábamos en el supermercado para sobrevivir...), porque a eso de las nueve empezó a caer la GRAN thurderstorm... ¡¡¡¡Vaya pedazo de tormenta de rayos!!!! Pero vamos, aquello no tenía sólo rayos, también había truenos, relámpagos y centellas… Aparte de un aguacero… No sé cómo serán los huracanes de esta zona, pero os puedo asegurar que las tormentazas eran terroríficas. Las palmeras que había en el aparcamiento de nuestro hotel torcían hasta ángulos inimaginables sus troncos y muchos rastrojos y demás cosas volaban por los aires. Nos dio hasta miedo asomarnos, porque tenía toda la pinta que si algo se estampaba contra nuestra minúscula ventana, podría perfectamente romperla.

Al cabo de un momento, se fue la luz de todo el edificio. Después de preguntar en recepción y que nos dijeran que no volvería en varias horas, pensamos que lo mejor era irse a dormir, hasta el día siguiente.

(La foto que os pongo es del Arizona Republic, el periódico local, del día de la tormenta. Es una foto que yo hice a la foto, por eso se ve un poco mal (por cierto, lo de en medio es un cactus); pero es pa que veáis que los rayos y truenos eran impresionantes... Parece una foto de Expediente X y todo...)

5 comentarios:

eulez dijo...

Menudo acojone de tormenta... a partir de entonces había que mirar siempre el parte meteorológico por si aparecía por la tarde alguna de esas horribles thunderstorms. De hecho, una vez nos pilló en la universidad y lo flipamos para volver al apartamento. Allí se decía que todo eso era culpa del monzón... yo no acabo de entender esto del monzón, en los USA, pero bueno.

Pablo

Ruth dijo...

Veo que el número de comentarios en tu blog está decayendo, pero no porque no te leamos ¿eh?, que los asiduos seguimos entrando todos los días a ver que hay nuevo.

Lo que pasa es como ya estas aquí no parece que haya que darte tantos ánimos como cuando estabas allí que supongo que necesitarías más de vez una voz amigüita que te dijera "¡Ánimo! Nos mola tu blog!" y queremos saber ya, dónde narices os alojasteis. Una vez que cuentes eso la atención va a bajar mucho, que nos tienes en ascuas, jeje. Esto es lo que se llama crear tensión en la trama de una historia.

Saluditos
Ruth

¡Enhorabuena por lo del carnet! tendré cuidado al salir a la calle.

juliacgs dijo...

Sí, yo también me he dado cuenta de que la atención y los comentarios han decaído. Me alegro de que aún así, me animes a seguir... Ahí estoy, sigo escribiendo, pero entiendo lo que quieres decir sobre los ánimos. Era a lo que yo me refería con lo de que una vez estuviéramos aquí, la cosa iba a cambiar irremediablemente.

De todas maneras, cuando ya os enteréis de dónde nos quedamos a vivir al final, todavía quedarán otras cosas que contar: la otitis de Pablo, Las Vegas, etc... ¿Aguantaréis hasta el final?

PD: Por cierto, no te preocupes por lo del carné: de momento vamos a seguir conduciendo el coche de San Fernando... Aún así, visto lo visto, aunque nosotros no conduzcamos, te recomiendo que tengas cuidado ¡Es que van como locos! ¡Mujeres tenían que ser! (y esas cosas).

Berta dijo...

Eh! que no decaiga!

Yo os leo siempre que hay algo nuevo, lo miro todos los días y me encanta ser lectora de los blogs!.

Tengo ganas de reclutar más gente para que haga comentarios en los cuatro.

Por cierto, tengo que haceros preguntas sobre cómo colgar algunas cosas en el blog. Os veo más puestos que yo en el manejo de algunas cosas, también para que me sirva para el del Albéniz.

Por cierto, lo de la tormenta ésta da miedo, joe, no me gustaria verme en una así. Debe ser precioso, pero peligroso.

Un beso gordo a tos!
*Berta.

Anónimo dijo...

... quizá los/las hay que leen tu blog pero no dicen nada para pillarte si te vas de la lengua...

(Je je je)

*